domingo, 29 de junio de 2008

EL AÑO DE SAN PABLO













El Papa inaugura el año de San Pablo

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JUAN VICENTE BOO CORRESPONSAL

ROMA . El Apóstol que más con­tribuyó a la expansión del cris­tianismo nació hace aproxima­damente dos mil años, y aun­que no se conoce la fecha exac­ta, Benedicto XVI ha convoca­do el Año de San Pablo desde la fiesta de hoy hasta la del 2009. El Papa y el Patriarca Ecuméni­co de Constantinopla, Bartholomaios I, abrirán hoy la «Puerta Paulina» de la basílica de San Pablo Extramuros, junto con re­presentantes de otras confesio­nes cristianas, pues el año jubi­lar del «Apóstol de los gentiles» tendrá un carácter ecuménico.

Desde el comienzo de su Pontificado, Benedicto XVI ha prestado una gran atención a San Pablo y a la majestuosa ba­sílica sobre su tumba en la Vía Ostiense, fuera de los muros de la ciudad de Roma, como era obligatorio para los cemente­rios. Gracias a una inspección arqueológica y la apertura de un hueco en un muro bajo el al­tar mayor, los peregrinos pue­den ver ahora la gran lápida de mármol que cubre la tumba ori­ginal de San Pablo, decapitado el año 64 o el año 67 de nuestra era durante una de las persecu­ciones de Nerón.

El objetivo del Año Paulino es, según Benedicto XVI, «faci­litar un mejor conocimiento de la inmensa riqueza de enseñan­zas de los textos de San Pablo, verdadero patrimonio de la hu­manidad redimida por Cristo». El Papa desea «que este gran acontecimiento espiritual re­nueve nuestra confianza en Je­sucristo, que nos llama a anun­ciar y a dar testimonio de su Evangelio sin temer nada».

Pablo de Tarso, el rabino que empezó persiguiendo a los cristianos, terminó siendo el principal autor del Nuevo Tes­tamento, pues se le deben bue­na parte de las epístolas. El pri­mer texto del Nuevo Testamen­to es la primera carta a los Tesalonicenses, escrita mucho antes de los Evangelios. A su vez, las cartas a los Corintios recogen el primer credo de la comunidad cristiana y la pri­mera narración de la institu­ción de la Eucaristía en la Últi­ma Cena, que se sigue leyendo en el canon de la Misa.

A favor del entendimiento

Junto con el redescubrimiento de los textos de San Pablo, el Pa­pa desea que este Año Paulino facilite el buen entendimiento entre las confesiones cristia­nas, pues tanto los protestan­tes como los ortodoxos compar­ten un gran aprecio por el «Apóstol de los gentiles».

A lo largo del último año, el arcipreste de la basílica de San Pablo Extramuros, cardenal An­drea Cordero Lanza de Montezémolo, ha puesto a punto un programa muy completo, con aspec­tos pastorales, culturales, artís­ticos, editoriales y ecuménicos, que pueden encontrase en la pá­gina web www.annopaolino.org dedicada al acontecimiento. Los aspectos culturales incluyen conciertos a cargo de los maestros Lorin Maazel y Zubin Metha, asi como el estreno de la pieza “El Hijo de Dios”.















COLEGIO VERITAS DE LA INSTITUCION TERESIANA 1 DE 5

Comenzamos a exponer este testimonio de una profesora del colegio Veritas de la Institución Teresiana sobre como se enseña a orar a los niños del Colegio.

COLEGIO VERITAS DE LA INSTITUCION TERESIANA 2 DE 5

Introducimos la parte 2 de 5 de este video.

COLEGIO VERITAS DE LA INSTITUCION TERESIANA 3 DE 5

Introducimos la parte 3 de 5 de este video.

COLEGIO VERITAS DE LA INSTITUCION TERESIANA 4 DE 5

Publicamos el video 4 de 5

COLEGIO VERITAS DE LA INSTITUCION TERESIANA 5 de 5

Una profesora del Colegio Veritas de la Institucion Teresiana, sito en Pozuelo de Alarcón . Madrid, nos explica como fomentan el espiritu de oración en los niños del Colegio. Terminamos con la parta 05 de 5

sábado, 28 de junio de 2008

AMOR A LA EUCARISTIA



Fotografia primera: Monjes trapenses de Argelia, mártires en 1996.
Fotografía segunda: el Cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Québec, en el Congreso Eucarístco.




Con motivo del 49 Congreso Eucaristico Internacional, celebrado en Québec el pasado 19 de Junio, el Cardenal Philippe Barbarin escribe:

Amor a la Eucaristía, hasta el final

El testimonio de los laicos, religiosas, sacerdotes, monjes y obispos... víctimas de los años de ciega violencia islamista en Argelia sirvió al cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyón y Primado de las Galias, para ilustrar lo que es y exige la Eucaristía. Lo hizo en el Congreso Eucarístico, celebrado la semana pasada en Québec. Éste fue su testimonio:

Hasta el final. En la hora del sacrificio supremo, Jesu­cristo, ante Poncio Pilato, rindió tan solemne testimo­nio, dice san Pablo. No podemos olvidar a todos nuestros her­manos cristianos, en diferentes países, que viven todavía este amor extremo. Quisiera hablar de nuestros hermanos de Argelia, y en particular de los mon­jes del monasterio cisterciense de Tib-hirine, asesinados en la primavera de 1996. Su presencia era una ofrenda sen­cilla, discreta y comprendida por todos. Y su sacrificio tocó al mundo entero. Presentar el cristianismo sin la cruz, o hablar de sacrificio eucarístico sin de­cir hasta dónde nos puede llevar, sería una mentira.

El año pasado, monseñor Henri Teissier, arzobispo de Argel, vino a predi­car un retiro a los sacerdotes de la dió­cesis de Lyón. Habló de La Eucaristía y el martirio, al recordar a las 19 víctimas de la Iglesia en Argelia durante los años oscuros de la gran violencia islamista. Él hablaba de las religiosas, de los herma­nos sacerdotes o monjes asesinados. Pe­ro al escucharle comprendimos que también sabía que su vida está en peli­gro diario. En este clima espiritual ce­lebra la Eucaristía cada día. Los márti­res cristianos de Argelia han dado su vida a causa de una fidelidad evangé­lica a un pueblo al que Dios les ha en­viado a servir y amar.

El Prior de Tibhirine, el padre Christian de Chergé, había escrito: «Si un día fuera víctima del terrorismo, me gus­taría que mi comunidad, mi Iglesia, mi familia, recordara que mi vida fue en­tregada por Dios, a Dios y a este país». Me imagino que debía pensar con fre­cuencia en los argelinos cuando pro­nunciaba las palabras de la consagra­ción: «Éste es mi cuerpo, entregado por vosotros». Todos habían aprendido ára­be; el hermano Luc, monje y médico, el más anciano de la comunidad de Tib­hirine, curaba gratuitamente a los en­fermos de la región. Cuando el am­biente se hizo peligroso, decidieron quedarse. Es lo que había explicado mon­señor Pierre Qaverie, el obispo de Oran, poco antes de ser asesinado en otoño de ese mismo año, 1996 : «Para que el amor venza al odio será necesario en­tregar hasta la propia vida en un com­bate cotidiano en el que el mismo Jesús no queda indemne». Después de su ase­sinato, ninguna religiosa, ningún sa­cerdote, ningún laico abandonó su lugar en la diócesis de Oran. Y esto conforme a lo que él había escrito: «Hemos enta­blado aquí lazos con los argelinos que nadie podrá destruir, ni siquiera la muerte. En esto no somos más que dis­cípulos de Jesús».

Cuando se ama a un pueblo, se le si­gue sirviendo aunque vaya mal; ésta es la verdad del amor: implica siempre es­ta dimensión de ofrenda y sacrificio. Es­ta actitud de los discípulos, veinte si­glos después, nos ayuda a comprender la Eucaristía del Señor. Jesús atraía a las muchedumbres cuando curaba a los en­fermos y multiplicaba los panes; el pue­blo estaba pendiente de sus labios, cuando enseñaba cada día en el tem­plo. Pero nada detuvo el movimiento de su amor, ni la adversidad, ni el re­chazo, ni los complots, ni los celos que acabaron llevándole a la muerte innoble de la Cruz. El buen pastor se queda cuando los lobos y los ladrones entran en el redil. La fuerza de su amor ha aba­tido todos los obstáculos. San Pablo re­sume la vida de Jesús con estas pala­bras: Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús... no fue Sí y No; en él no hubo más que Sí.

Oprimidos por la muerte tan injusta de' este Inocente en la Cruz, los discí­pulos quedaron aún más trastornados por la Resurrección. Ésta es la respues­ta que Dios da al pecado de los hom­bres; abre las puertas del Reino a su Hi­jo amado, y nos promete que también nos espera a nosotros en esa morada en la que Jesús nos prepara un lugar. Y, en cada Eucaristía, movidos por esta es­peranza, anunciamos la muerte del Señor hasta que vuelva.

+ Cardenal Philippe Barbarin

lunes, 23 de junio de 2008

EDUACION EN CREENCIAS RELIGIOSAS 1 DE 5

Comenzamos aqui a exponer en video, en su parte primera, la entrevista que en el programa Ultimas preguntas del dia 22 de Junio de 2008 le hizo la Directora de dicho programa, Doña María Angeles Fernández, al profesor y sociologo Don Octavio Uña.

domingo, 22 de junio de 2008

EDUCACION EN CREENCIAS RELIGIOSAS 2 DE 5

Continuamos con la parte 2 de 5 de esta entrevista:

EDUCACION EN CREENCIAS RELIGIOSAS 3 DE 5

Continuamos con la parte 3 de 5, de la entrevista con el profesor Uña:

EDUCACION EN CREENCIAS RELIGIOSAS 4 DE 5

introducimos la parte 4 de 5 de esta entrevista.

EDUCACION EN CREENCIAS RELIGIOSAS 5 DE 5

Terminamos aqui esta entrevista con la parte 05 de 5

EVANGELIO SEGUN SAN MATEO DE HOY




Es interesante el Evangelio de hoy: "Nada hay escondido que no llegue a saberse". Son palabras de Jesús. Luego un día llegaremos a saber toda la verdad.

Lectura del

santo evangelio según san Mateo___________ 10,26-33

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: - "No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse.

Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis con­tados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y. los gorriones.

Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo."

Palabra del Señor.

viernes, 20 de junio de 2008

DIARIO DE UN PONTIFICADO




Artículo de Luis Restán en Alfa y Omega sobre su obra "Diario de un Pontificado":

Diario de un pontificado: José Luis Restán desgrana los hitos del papado de Benedicto XVI: Testigo de la Verdad

Tres años del Papa de las luces han dejado momentos de gran valor para la vida –y la historia– de la Iglesia. El periodista José Luis Restán repasa, en Diario de un pontificado (Ediciones Encuentro), los momentos claves del papado de Benedicto XVI. Como señala en el prólogo monseñor Jesús Sanz, obispo de Huesca y de Jaca, «no es un libro compuesto desde un esquema redaccional neutro y teórico, sino desde el ardor de asomarse a la cotidiana realidad, viendo cómo por ella transita el Sucesor de Pedro en este apasionante y convulso inicio del tercer milenio cristiano»

Los primeros recelos: 4-5-2005

La inmensa mayoría del pueblo de Dios (ese que algunos invocan cada día y del que se autoproclaman portavoces aunque estén tan alejados de su sentido de fe) ha recibido al nuevo Papa con alegría sincera y sin reservas: saben que ha sido un hombre clave durante el pontificado de Juan Pablo II el Grande; intuyen que su trabajo sacrificado ha defendido precisamente la fe de los sencillos, y descubren que las críticas vienen siempre del mismo frente (el mismo que les acosa culturalmente a ellos cada día) y se parecen sospechosamente a las que repitieron hasta la saciedad contra el Papa Wojtyla.

Apuntes de Colonia: 7-9-2005

Las dudas, para quien las tuviere, se han disipado. Benedicto XVI sabe y puede mantener un diálogo con (…) los jóvenes. Sin concesiones a la galería, sin ademanes forzados, sin intentar parecerse a quien era distinto, el Papa Ratzinger ha guiado a la multitud con la única sabiduría que no fracasa, la que se nutre en el Evangelio y crece en el surco milenario de la Iglesia.

Benedicto XVI, en Valencia: 12-7-2006

Llama la atención que el Papa apenas haya perdido tiempo en las recriminaciones, y eso que había abundante materia. (…) Benedicto XVI ha preferido desplegar el Evangelio de la familia como un itinerario de plena humanización, que contempla al hombre desde su entrada en el mundo y hasta su muerte, acompañándolo en la aventura de la vida, permitiéndole una creciente introducción en su significado y orientándola hacia su pleno cumplimiento. Me pregunto si cualquier pensador laico que escuchase sin prejuicios este anuncio no sentiría nostalgia de una propuesta tan correspondiente con el corazón de cada persona. (…) Como recordó el Papa, y deberíamos grabar con letras de oro, «la educación cristiana es educación de la libertad y para la libertad».

El diálogo con el Islam: 27-9-2006

Benedicto XVI ha dejado claro que el diálogo debe basarse en el respeto de la identidad y la libertad de cada uno, y eso implica que, para avanzar, se deben poder plantear con sinceridad las cuestiones espinosas, sin que suponga la erupción de un volcán que amenaza con hacer saltar todo por los aires.

César no es todo: 9-3-2007

Como ha repetido en numerosas ocasiones Benedicto XVI, la Iglesia no es ni quiere ser un agente político, pero sí tiene la misión de ser testigo de la Verdad, también frente a las legítimas autoridades del Estado. Ésta no es sólo una reivindicación de la libertad de la Iglesia, sino una oportunidad para un Estado verdaderamente laico, que debe reconocer un fundamento antropológico y moral previo a sus normas y procedimientos. Lo que tenía pleno sentido frente a la pretensión del César, cobra nueva relevancia en el debate actual sobre los límites del poder estatal y sobre el lugar de las comunidades religiosas en una sociedad democrática.

Un viaje trascendental a los Estados Unidos: 23-4-2008

No podemos olvidar la estampa del Papa arrodillado en el centro del Ground Zero de Nueva York, «escenario de violencia y dolor increíbles». Un Papa que reza y que acoge a las víctimas; que no da recetas para este misterio escandaloso, pero que tiene la audacia de proclamar que es posible la esperanza, porque creemos en el Dios que tiene un rostro humano, Aquel que en Cristo ha probado la muerte y la ha vencido para siempre. (...) Hacía trece años de la última visita de Juan Pablo II, años duros y amargos para la comunidad católica estadounidense. Ahora un viento cálido, exigente y amable, curativo y ardiente, ha vuelto a hinchar las velas de esta nave: «Duc in altum», les ha repetido Pedro. Es hora de navegar.

José Luis Restán

martes, 17 de junio de 2008

CONFERENCIA EPISCOPAL

















La Conferencia Episcopal Española analiza el laicismo y el relativismo

Los Obispos analizan una propuesta para afrontar el laicismo y el relativismo

Se trata de un documento para impulsar la misión evangelizadora de la Iglesia

LAURA DANIELE

MADRID. Los obispos que inte­gran la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Es­pañola (CEE) analizarán hoy en su primera reunión, des­pués de la renovación de car­gos que tuvo lugar en marzo de este año, una propuesta centra­da en la misión evangelizadora de la Iglesia, con el objetivo de contrarrestar los efectos nega­tivos de la cultura del relativis­mo y del laicismo que impera actualmente en nuestra socie­dad, y que los prelados españo­les vienen denunciando desde hace ya varios años.

El texto, que estudiarán los presidentes de las 14 Comisio­nes Episcopales y los siete miembros del Comité Ejecuti­vo —que conforman la Comi­sión Permanente—, fue elabo­rado por la Comisión Episco­pal de Misiones y se hace eco délas conclusiones del Congre­so Nacional de Misiones, cele­brado en Burgos en 2003, y de la nota doctrinal acerca de algu­nos aspectos de la evangelización de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de diciem­bre de 2007, según precisó el Episcopado. El estudio de esta propuesta, por parte de la Co­misión Permanente, será el pri­mero de los pasos del largo re­corrido que deberá sortear el documento antes de ser aproba­do definitivamente por la Asamblea Plenaria.

«Cultura idolátrica y atea»

En las últimas fechas, los obis­pos han insistido sobre el avance «de una revolución cul­tural» que pretende dejar a Dios al margen de la sociedad y relegar la manifestación de la fe al espacio de lo privado.

En concreto, el cardenal ar­zobispo de Toledo, Antonio Ca­ñizares, en una reciente entre­vista a la revista «Alba», ha se­ñalado que el laicismo es «la ideología imperante» en nues­tro país, pese a que «en nuestra Constitución no cabe el laicis­mo como ideología». Como en otras tantas ocasiones, el prela­do también defendió la presen­cia de los católicos en la vida pública como uno de los cami­nos para revertir esta ofensiva laicista. Sin embargo, a conti­nuación también reconoció que «no habrá presencia de los católicos en la vida pública si no hay experiencia de Dios».

En esta línea, el arzobispo emérito de Pamplona, Fernan­do Sebastián, afirmó, durante su participación semanas atrás en un encuentro de Dele­gados y Vicarios del Clero, que «la herida más profunda de nuestro mundo, el error básico de nuestra cultura, es preten­der buscar la felicidad y la ple­nitud del hombre en el disfrute de la existencia temporal y de los bienes materiales, olvidán­dose de Dios y de la vida futu­ra. Nuestra cultura es a la vez idolátrica y atea. Y no sabría de­cir qué es lo primero, si la nega­ción de Dios o la adoración de este mundo».

El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Várela, también se ha sumado a esta denuncia, al recordar este domingo en una misa solem­ne, con motivo del decimoquin­to aniversario de la consagra­ción de la Catedral de la Almudena por el Papa Juan Pablo II, que «el presente de la Iglesia nos obliga a ser testigos del amor de Dios».

Efectos del relativismo

La nota de la Congregación pa­ra la Doctrina de la Fe, en la que se ha basado la Comisión Episcopal de Misiones para ela­borar este documento, es muy esclarecedora sobre cómo la cultura del relativismo va indu­ciendo a desatender o dejar ino­perante la principal tarea de la Iglesia, que es el anuncio y la transmisión del Evangelio.

En concreto, plantea las difi­cultades que afronta actual­mente la Iglesia para transmi­tir la fe en sociedades en las que todo intento de favorecer la conversión a Cristo y a la fe ca­tólica se interpreta como «limi­tar la libertad». O se piensa que detrás del objetivo evangelizador «se esconde una acti­tud de intolerancia y un peli­gro para la paz».

Frente a esta situación, el documento de esta congrega­ción de la Santa Sede deja claro que el anuncio del Evangelio es «un deber y también un derecho irrenunciable, expresión propia de la libertad religiosa, que tiene sus correspondientes dimensiones ético-sociales y ético-políticas. Un derecho que, lamentablemente, en algu­nas partes del mundo aún no se reconoce legalmente y en otras, de hecho no se respeta».

La CCIX reunión de la Comi­sión Permanente también tra­tará otras cuestiones, como el desarrollo de los preparativos de la Jornada Mundial de la Ju­ventud (JMJ) que se celebrará en Sydney del 15 al 20 de julio y que hasta el momento, y por la Archidiócesis de Madrid, tiene confirmada la asistencia de só­lo 500 jóvenes. El coste del viaje parece ser uno de los mayores obstáculos a la hora de inscri­birse para asistir a esta jorna­da en la que el Papa anunciará si Madrid, como ha solicitado el cardenal Rouco Várela, será la sede de la JMJ en 2010.

La Comisión Permanente también tiene previsto efec­tuar, como es habitual, una se­rie de nombramientos, y revi­sar distintos asuntos de segui­miento y temas económicos, co­mo la marcha de la Campaña de la Renta 2008, en la que la Iglesia estrena el modelo de fi­nanciación acordado con el Go­bierno socialista en 2006.



lunes, 16 de junio de 2008

TESTIMONIO DE CLARA ALVAREZ 1 DE 5

Comenzamos aquí la exposición en video, en cinco partes, del testimonio de fe que el domingo hizo la monja Clara Alvarez.

TESTIMONIO DE CLARA ALVAREZ 2 DE 5

Parte 2 de 5 del testimonio de Clara Alvarez

TESTIMONIO DE CLARA ALVAREZ 3 DE 5

Seguimos con la parte 3 de 5.

TESTIMONIO DE CLARA ALVAREZ 4 DE 5

Traemos la pare cuarta del testimonio de Clara Alvarez

TESTIMONIO DE CLARA ALVAREZ 5 DE 5

domingo, 15 de junio de 2008

EL PRESIDENTE BUSH








Juan Manuel de Prada publica en el ABC del 14 de Junio de 2008 el siguiente

artículo, sobre la posible conversión del Presidente Bush al catolicismo

EL ÁNGULO OSCURO

¿BUSH CONVERSO?

A nadie mínimamente interesado por.las cuestio­nes de nuestro tiempo le habrá pasado inadverti­do el cambio operado en el presidente Bush. Ya no exhibe los rasgos de prepotencia de antaño, sus alocucio­nes no incluyen tampoco aquellas cláusulas amenazan­tes o directamente paranoicas que caracterizaron los años de hierro de su mandato. Su temperamento parece haberse dulcificado; y, en alguna de sus últimas compare­cencias, ha logrado incluso que riéramos con sus agudezas (esto es lo que más desconcierto nos pro­voca, pues Bush siempre se había caracterizado más bien por hacernos reír con sus simplezas). Los llamados «analistas internacionales», poco atentos a las cuestiones del espíritu, no se han pre­ocupado de indagar estos síntomas de transforma­ción; o, si lo han hecho, los han despachado con dis­plicencia, como si fueran consecuencia lógica de su nueva condición de presidente con plazo de ca­ducidad, o de «pato cojo» (creo que así se dice en la jerga política americana) que se tropieza con el escollo de un poder legislativo empeñado en obstaculizar sus inicia­tivas. Con unos índices de popularidad siempre decrecien­tes y el estigma de una guerra como la de Irak persiguién­dolo, podría explicarse esta metamorfosis de Bush como una suerte de paulatino desvanecimiento, la «lenta dis­gregación en el olvido» de quien durante años fue el hom­bre más poderoso y odiado del planeta y a quien ya sólo resta hacer mutis por el foro, o por el negro escotillón que conduce al infierno. Salvo que...

Algunos periódicos italianos lo han resaltado. La visi­ta que Bush hizo ayer a Benedicto XVI no siguió las con­venciones protocolarias que rigen las visitas de los jefes de Estado a la Santa Sede. Bush no fue recibido por el Papa en el Palacio Apostólico, sino en un lugar mucho más reco­leto, una torre medieval que se halla en el interior de la Santa Sede; luego, pasearon juntos por los jardines vatica­nos, hasta llegar a una pequeña gruta donde se custodia una imagen de la Virgen. A nadie que no sea completa­mente lerdo se le escapa que esta infracción del protocolo habitual tiene que significar por necesidad algo; en reali­dad, todo gesto procedente de la Santa Sede significa siempre algo, aunque los ignaros prefieran ignorarlo, como corresponde a su naturaleza cerril.

Podríamos pensar que Benedicto XVI ha querido mostrarse deferente con Bush, por corresponderlo en el recibimiento cariñosísimo que éste le dispensara en su reciente viaje a los Estados Uni­dos. Pero otros mandatarios han dispensado a Benedicto XVI recibimientos calurosos (no así el nuestro, que con­funde la mala educación con el laicismo); y otros viajes apostólicos del Papa se han saldado con igual for­tuna. El sentido de este especial tratamiento que Benedicto XVI ha dispensado al presidente Bush podría admitir otra interpretación muy diversa. ¿Y si Bush se hubiera internado por la misma sen­da que hace algunos años inició Tony Blair?

Nos referimos, claro está, a la senda de la con­versión. Bush es hombre religioso, al parecer uno de esos reborn Christians («cristianos renaci­dos») tan característicos de la espiritualidad evangélica americana: gentes que, tras una juven­tud pre algo, aunque los ignaros prefieran ignorarlo, como co­rresponde entregada a la crápula, abrazan la fe de modo acérri­mo, casi militar; tan acérrimo y militar que, con frecuen­cia, esa fe acaba convirtiéndose en coartada de fanatis­mos de índole ideológica, disfrazados con la piel de corde­ro de la religiosidad.

Se rumorea que Bush podría haber descubierto «esa Belleza tan antigua y tan nueva» de la que nos habla San Agustín, que es la dulce Belleza de la fe católica; y que podría estar empezando a amarla. Bush, el hombre que en su día lanzó la ofensiva militar contra Irak contraviniendo la doctrina de la Iglesia, es también el hombre que durante el tiempo que ha durado su mandato ha mostrado un especial empeño en la protección de la vi­da gestante. Un hombre, pues, lleno de contradicciones, que tal vez descubra que la senda por la que podría estar­se internando es la única que conduce a la verdadera cohe­rencia vital; también la única que lava los pecados. Los de Bush son, sin duda, muchos; pero ese anciano vestido de blanco con el que ha paseado por los jardines vaticanos, depositario de la milenaria Belleza de la fe, puede perdo­nárselos todos. Porque lo que él desata en la tierra queda desatado en el cielo.

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