domingo, 28 de junio de 2009

ME SÉ AMADO

Ante la proximidad de su muerte el filósofo y catedrático de la Universidad de Lovaina, Padre
Auguste Valensin, S.J. escribió una impresionante página sobre el amor de Dios, que fue leída
sobre su tumba.

La pongo a continuación:

ME SÉ AMADO

La fe en el amor de Dios fue el resorte de la vida del Padre Auguste Valensin S. J. Ante la proximidad de su muerte, el filósofo, Catedrático de la Universidad de Lovaina, reafirma su fe inquebrantable en ese amor. Esta página impresionante fue leída sobre su tumba.

"Los sentimientos que yo quisiera tener en la hora de mi muerte,


son los que tengo actualmente: pensar que voy a descubrir la Ternura. Es imposible que Dios me decepcione; no puedo ni pensarlo. Iré a Él y le diré "No me enorgullezco de nada, sino de haber creído en tu bondad".

Ahí está, en efecto, mi fuerza, toda mi fuerza, mi única fuerza. Si

ésta me abandonara, si perdiera esta confianza en el Amor, todo habría acabado, pues tengo el sentimiento de no valer absolutamente nada. Y si hace falta ser digno de la felicidad para poseería, es como para renunciar a ella. Pero según avanzo en la vida, veo mejor que tengo razón para representarme al Padre como la indulgencia infinita.

Que los maestros de la vida espiritual digan lo que quieran; que hablen de justicia, de exigencias, de temores. Mi juez es el que todos los días subía a la torre y oteaba el horizonte para ver si el hijo pródigo volvía. ¿Quién no quisiera ser juzgado por Él? Yo no temo a Dios, pero no es tanto porque yo le ame, sino porque sé que soy amado por Él.

No siento la necesidad de preguntarme por qué me ama mi Padre o lo que Él ama en mí. Además me costaría mucho responder y, más exactamente, me sentiría incapaz de contestar. Me ama porque Él es amor. Y basta que yo acepte ser amado por Él, para serlo efectivamente.

Pero es necesario que yo haga este gesto personal de aceptar su amor. Ésa es la dignidad, la belleza misma del amor que Él quiere. El amor no se impone; se ofrece. ¡Oh Padre, gracias por amarmet f no seré yo quien te grite que soy indigno. En todo caso, amarme á mí, tal como soy, he ahí lo que es digno de ti, digno de\ amor esencial, digno del amor esencialmente gratuito.

Este pensamiento me fascina. Aquí estoy bien al abrigo de los escrúpulos, de la falsa humildad descorazonadora, de la tristeza espiritual." (Auguste Valensin S. J.)


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