lunes, 28 de febrero de 2011

Luz del mundo

Ponemos a continuación la página 13:

conversación sólo pudieron tratarse unas pocas preguntas, y no fue posible profundizar en muchas de ellas. En la autori­zación del texto el papa no modificó las palabras tal como las había pronunciado, sino que sólo introdujo correcciones de menor importancia donde consideró necesarias precisiones de contenido.

Al final, el mensaje de Benedicto XVI es un dramáti­co llamamiento a la Iglesia y al mundo, a cada individuo: no podemos seguir adelante como hasta ahora, exclama. La humanidad está ante una bifurcación. Es tiempo de entrar en razones, de cambiar, de convertirse. Y sostiene, imperturbable: «Se podrían enumerar muchos problemas que existen en la actualidad y que es preciso resolver, pero todos ellos sólo se pueden resolver si se pone a Dios en el centro, si Dios resulta de nuevo visible en el mundo».

En la pregunta acerca «de si Dios, el Dios de Jesucristo, está presente y si es reconocido como tal, o si desaparece» se decide hoy «el destino del mundo en esta situación dramática».

Para el estilo de vida actual, posiciones como las que sostie­ne la Iglesia católica se han convertido en una tremenda pro­vocación. Nos hemos acostumbrado a considerar los puntos de vista y las formas de comportamiento tradicionales y probados como algo que sería mejor neutralizar a favor de tendencias más baratas. Pero, así cree el papa, la era del relativismo, de una cosmovisión «que no reconoce nada como definitivo y que deja como última medida sólo el propio yo y sus antojos», se acerca a su fin. En todo caso, hoy crece el número de los que valoran en esta Iglesia no sólo su liturgia, sino también su resistencia.Y entretanto, después de actuar muchas veces guardando meramente las apariencias, se va perfilando con claridad un cambio de la consciencia en el sentido de tomar más en serio el testimonio cristiano y de vivir también con autenticidad la propia religión.

13

No hay comentarios:

Datos personales