sábado, 6 de diciembre de 2008

FORO DE LAICOS


















Nueva presidenta de Foro de Laicos:
Camino Cañón.

Con tal motivo en la Revista Vida Nueva de fecha de hoy aparece
el siguiente artículo:

“EL RETO ES QUE LO CRISTIANO SEA MAS RELEVANTE EN LA SOCIEDAD”

Los días 29 y 30 de noviembre tuvo lugar en Las Matas (Madrid) la XVI Asamblea General del Foro de Lai­cos. En ella fue elegida como nueva pre­sidenta Camino Cañón, que sustituye en el cargo a Juan José Rodríguez. Miem­bro de la Institución Teresiana y catedrá­tica en la Universidad Pontificia Comillas, fue fundadora y presidenta de la Asocia­ción Norte Joven de Madrid.

¿Cuáles son los retos principales que se marca al comienzo de su mandato?

Tenemos dos grandes líneas de actua­ción. El primer desafío es potenciar la co­munión y los puntos de encuentro entre las 55 sociedades integrantes del Foro. La segunda línea, de cara al exterior, es fomentar la relevancia del Foro en nues­tra sociedad, mostrándonos como un es­pacio de verdadero y profundo diálogo.

El Foro, en su actual modo de es­tructurarse, surgió en 1992. ¿En qué momento histórico se encuentra hoy?

Hasta ahora ha habido tres presidentes. Cada uno de ellos ha conducido el Foro con su modo característico y todos han tenido en común su excelente trabajo en pos de la comunión interior del Foro. Creo que ahora el gran desafío ha de ser au­mentar la relevancia de lo cristiano en la sociedad, dirigiéndonos a todos, inclui­dos los no cristianos. En este sentido, de­fendemos que de la laicidad no se acabe virando hacia el laicismo. Tal y como han recordado recientemente el Papa y Sar-kozy, la laicidad puede ser sana y positi­va. Por contra, el laicismo supone negar a la religión su dimensión pública. Y eso es muy negativo para todos.

Menudean las críticas a la Iglesia, la mayoría dirigidas a su jerarquía. ¿Qué papel ha de desempeñar el laico ante esta situación?

Nosotros defendemos una postura más propositiva que reactiva. Estamos con­vencidos de que es mejor proponer y ar­gumentar en positivo, debiendo ser ésa la actitud preponderante. Eso no quiere decir que no debamos reaccionar ante ciertos aspectos negativos, pero con un sentido lúcido y sosegado.

La Constitución cumple 30 años. Tres décadas después, ¿no hay una excesi­va tensión social y política?

Mi generación fue muy activa en el avan­ce hacia la democracia, viviéndola como una etapa apasionante. Por ello, creo que nuestra obligación ahora es expresar lo que fue el horizonte de la Transición, sin dejar de escuchar las nuevas aspiracio­nes y deseos, pues las nuevas genera­ciones están en su derecho de anhelar cambios. Eso sí, teniendo claro que lo que no construye es el revanchismo y el odio.

¿Peligra la reconciliación?

No es bueno tener la Guerra Civil como un tema preferente. Debemos mirar con unos ojos muy diferentes a los de enton­ces. En una sociedad globalizada, no po­demos cerrarnos, y mucho menos, retro­traernos a los años 30. Hay problemas sociales mucho más importantes, como la inmigración, el desarrollo de las nuevas tecnologías en la comunicación y en la biotecnología... Debemos mirar al pre­sente y construir el futuro.

¿Qué le podemos pedir a los políti­cos que se confiesan católicos?

Cada cual tiene sus circunstancias y na­da es blanco o negro, por lo que es muy difícil enjuiciar a nadie. Eso sí, hay temas en los que deben de mirar a su concien­cia al desarrollar ciertas iniciativas legis­lativas. Uno de ellos, muy claro, es el del aborto, reflejo de una sociedad moralmente enferma. Y otro es el de mantener el compromiso de crear las condiciones de vida dignas para los más débiles.

¿El laico tiene mayor importancia en el seno de la Iglesia por necesidad -an­te el descenso de vocaciones al sa­cerdocio, por ejemplo- o por una ma­duración de los frutos del Vaticano II?

Hay un deseo de desarrollar el brote de las nuevas formas de evangelización sur­gidas con el Vaticano II. En España, ya a principios del siglo XX, surgieron organi­zaciones laicales significativas, como la ACdP, la Institución Teresiana o Acción Católica. El Concilio situó al laico en el lu­gar que le es propio. En esta gran comu­nidad que es la Iglesia, los laicos somos clara mayoría. Por ello, debemos fomen­tar más su iniciativa en temas que les son propios, aunque no exclusivos, como la familia, el trabajo o la investigación. De­bemos acercarnos a realidades concre­tas con lenguajes actuales. Aún queda mucho camino por hacer en esto, y des- VN de el Foro nos ofrecemos a unir nuestras « manos con otros para andarlo juntos.

Miguel Ángel Malavia. Foto: Luis Medina


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