En Vida Nueva, del 12 al 18 de Julio de 2008, viene una entrevista con Marysia Szmlakowska, viuda de Narciso Yepes, autora del libro Amaneció de noche.
Traemos aquí dicha entrevista
ESPOSA DE
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Los ángeles no tienen aIitas y no están en el cielo. Son personas
que te encuentras por el camino, portadores de un mensaje
para ti que te manda Dios".
Marysia Szumlakowska, esposa del guitarrista universal
Narciso Yepes (Lorca 1927, Murcia 1997), siempre se ha
sentido muy acompañada por la ayuda de Dios hecha carne,
"personalizada en seres humanos que, a pesar de no
conocerlos, te dicen una frase que te cala hondo y marca
el sendero a seguir". También, y quizás más especialmente,
en aquellos instantes tan dolorosos como son la enfermedad y
la muerte de los seres queridos.
"Cuando murió nuestro hijo, Juan de la Cruz Yepes, a
la edad de dieciocho años, fue como despertarme a una
realidad mucho más cruda y profunda. Darme cuenta
de que no sólo cuando van bien las cosas tienes que tener
fe, sino justamente lo contrario, como Job. Aunque
no entendemos por qué lo quiere Dios, hay que pensar
que tiene sus razones", explica recordando que su hijo
fallecido -"igual que los dos que quedan, Ignacio y
Ana"- era un ser dotadísimo, muy especial.
Años después, esta mujer que hoy, sentada en
el porche de El Jaral, su residencia en el norte
de Madrid, transmite con sus recuerdos la inmensa
paz de quien nunca se ha sentido solo, tuvo que
enfrentarse a la despedida, precedida de un largo
sufrimiento llamado cáncer, del "motor de su
vida": Narciso.
Algunos retazos de esta difícil senda de luz y
sombras, donde el dolor y la alegría caminan
de la mano gracias al inmenso amor que ha
sentido y siente por su marido, han quedado
plasmados en Amaneció de Noche. Despedida
de Narciso Yepes, un libro valiente publicado por
Edibesa, que va por la tercera edición.
Sus vivencias, escritas con la firme creencia, según
dice en la dedicatoria, de que "también a través
de las lágrimas puede nacer una sonrisa", testimonian
cómo la fe es el fundamento de su vida: "Para mí
la fe es un vivir en Dios y el morir es nacer a una vida
de plenitud. Nunca se me ocurrió rebelarme contra Él".
Del mismo modo, en las 279 páginas, iluminadas por
entrañables fotografías familiares y el cariño de
Ángel Moreno, de Buenafuente (autor del prólogo),
deposita un consejo: mientras haya esperanza, hay que
luchar, luchar, luchar.
"Tenemos que convivir con la hermana muerte, y no
tenemos que adelantar a ella, que no nos coja
por sorpresa. No podemos taparnos los ojos y fingir,
debemos adelantarnos a la muerte aprovechando
cada instante de la vida", dice instando a disfrutar
de una flor, de la compañía de los hijos o de "las
treguas de Dios", esos remansos donde descansar.
Estas palabras no beben sólo de sus vivencias con
el mítico músico, sino de la ayuda y atención a
personas enfermas, ancianas o en situación de duelo,
en las que encontró, tras la muerte de Narciso, un
aliciente para seguir adelante, además de la razón
de su propia existencia.
También es monitora de 'seitai', actividad cultural y
científica sobre la salud de origen japones. "Se
debe aprender a respetar la dignidad humana del
enfermo. El mayor bien que hizo Juan Pablo II
fue mostrarse cuando estaba muy enfermo, devolviendo
así la dignidad al que la sociedad no quiere ver porque no
es una fotografía bonita".
De Wojtyla también alaba cómo destacó que "el
enfermo que ofrece su sufrimiento es el mayor poder
de sanar al mundo y la humanidad". "Muchas veces
le dije a Narciso que era valiente, pero me contestaba
que no, porque tenía fe, una familia maravillosa,
además de seres queridos. Valientes son los que
están solos y no tienen fe".
Su ánimo alegre, que participa de la misma
intensidad que su mirada, impulsa a Marysia
a afrontar el futuro con miles de proyectos,
como escribir la biografía de Narciso Yepes
o concretizar su ayuda a los necesitados.
En definitiva, "vivir para Dios, en Dios,
desde Él y donde Él quiera".
En esencia
Una película: El gran silencio, Philip Gróning.
Un libro: La Biblia
Una canción: Seréis mis testigos, de mi hijo Ignacio, compuesta
para la reunión de Jóvenes en Cuatro Vientos en 2000.
Un deporte: Windsurf
Un rincón del mundo: Cualquiera donde estén mis seres queridos
Un deseo frustrado: Ayudar más. Me gustaría irme de misiones
pero no sé si podré por mi edad.
Un recuerdo de la infancia: La sonrisa de mis padres.
Una aspiración: Escribir la vida de Narciso para compartirla
con otros.
Un persona: Mi marido.
La última alegría: El nacimiento de mi última nieta, que tiene
casi dos meses.
La mayor tristeza: La muerte de mi hijo y de mi marido.
Un sueño: Hacer música todos juntos un día en la Casa del Padre.
Un regalo: ¿Para hacer o para dar? La fe.
Un valor: El amor.
Me gustaría que me recordasen por: ser alegre.
Texto: Marina de Miguel.
Foto: Luis Medina
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